Adele ha reaparecido en Instagram en una imagen inesperada que se ha hecho viral y ha puesto a algunas redacciones entre la espada y la pared. Tener que informar de esto ya nos pone en una situación delicada porque parece que le estemos dando importancia, cuando en realidad no deberíamos darle importancia. De hecho, el propio artículo va a tratar de dejar claro que eso de lo que estamos hablando no es noticia.
Aunque aquí está el artículo que, en sí mismo, demuestra que sí es noticia.
Pero claro, están sacando este tema en todas partes y Mujer Woman, el suplemento feminista y de moda de un diario de referencia como El Mundo Today, no puede quedarse atrás. Hay que hablar de lo que habla todo el mundo. Y de lo que está hablando todo el mundo es de que Adele está muy distinta en la fotografía que ha publicado. O sea, muy distinta. Muy, muy, muy distinta.
A mí me han dicho: «Habla de lo de Adele, pero que quede feminista y body positive”.
Bueno. Vamos allá.
Buf.
Mira, vamos a dejar que hable ella y así llenamos un párrafo: “Gracias por todo el amor que me habéis enviado por mi cumpleaños. Espero que todos estéis bien, a salvo, en estos tiempos de locos. Quiero dar las gracias al personal de emergencias y a los trabajadores esenciales que nos mantienen a salvo mientras arriesgan sus vidas. Sois nuestros auténticos ángeles”. Al grano, Adele está muy distinta a como estaba antes. Ese ese el tema, esa es la no-noticia. Esto no debería ser noticia porque debería dar igual, pero de alguna manera es noticia.
¿Está mejor ahora? ¿Estaba peor antes? Es relativo.
El relativismo estético es una escuela de pensamiento en torno al arte, ligada al postmodernismo. Esta escuela de pensamiento considera que la percepción y el juicio estético de un individuo frente a un estímulo son únicamente producto de la inmersión del mismo individuo en una cultura específica. El relativismo estético pretende que la veracidad o falsedad de una afirmación en torno a un estímulo sensorial es únicamente relativa a un individuo y a un grupo social. En la foto Adele está increíble y más guapa que nunca, aunque antes también estaba muy guapa. Porque su belleza viene de dentro, de su voz, de su sensibilidad, de su energía absolutamente empoderada, eso es lo que hay que dejar claro.
Por un lado, queremos dejar constancia de que ella ya estaba muy bien antes pero también afirmar que ha perdido mucho peso. Es un dato objetivo carente de valoración alguna.
La verdad es que Adele nos lo está poniendo muy difícil y, llegados a este punto, casi hubiéramos preferido que siguiera como estaba hasta ahora y no nos enfrentara a nuestras propias contradicciones como suplemento femenino pero también feminista.
Digamos que la palabra es distinta. Adele está distinta ahora.
Muchos pensarán “pues está mejor ahora”. Nosotros no. O sí. Nos da igual. A ver, si me apuntas con una pistola y me disparas en la rodilla a lo mejor te digo que ahora está un 0,1% mejor.
Adele está delgada ahora, eso es lo que ha causado tanto revuelo y de eso es de lo que habla el artículo, pero también es una buena ocasión para repasar su trayectoria, que es mucho más importante.
Ahora está delgada pero informar de eso no quiere decir que antes no estuviera completamente OK que no estuviera delgada. De hecho, ni siquiera nos atrevemos a decir que antes no estaba delgada.
Además, tampoco está tan delgada ahora, lo parece por comparación. ¿Por comparación con qué? Por comparación con antes. Porque antes estaba no-delgada e incluso súper-no-delgada.
Lo que no vamos a usar es la palabra con G, porque es denigrante.
En definitiva, muy bien por ella, enhorabuena por ese cambio. Y le damos la enhorabuena no por el cambio sino por ser mujer porque la apoyamos haga lo que haga. Ahora está mejor que nunca pero antes de este espectacular cambio también estaba 100% OK, eso que quede claro.
