En la nueva normalidad habrá cosas que antes dábamos por supuestas y que cambiarán significativamente. Entre ellas, los ”machiattos” perfectos de algunas cafeterías como Starbucks, cuyos baristas ya no podrán seguir espumando la leche con la boca como hacían hasta ahora. “Por ahora habrá que conformarse con una leche que no habrá sido espumada correctamente, dado que ese punto de cremosidad solo se consigue en el interior de la boca de un barista entrenado, capaz de insuflar aire a la leche moviéndola a grandes velocidades entre los dientes, consiguiendo esa textura cremosa, como de nube”, admite un portavoz de la cadena de cafeterías.
La espuma de la leche se consigue, explican desde Starbucks, haciendo gárgaras en la boca durante cinco minutos y luego se escupe con delicadeza sobre el café, haciendo formas usando los labios y la lengua.
Aunque solo la saliva y el aliento del barista, al emulsionar con la leche, son capaces de lograr ese punto de viscosidad perfecto para el latte art, habrá que usar otros métodos menos artesanos. “Es algo imposible de conseguir con el brazo de vapor de la cafetera, como hacen otros establecimientos menos esmerados, pero si por ahora no se puede, no se puede”, dice uno de los trabajadores de la compañía que ya lleva días preparando cafés para llevar.
Starbucks también ha confirmado que, al menos durante las primeras fases de la desescalada, se olvidará de su política de “no jabón” para limpiar las tazas.