La educación por vía telemática que ha impuesto el confinamiento de la ciudadanía está permitiendo a algunos padres seguir más de cerca las actividades escolares. Es el caso de Javier R., natural de Torrelodones y votante de Vox, que el pasado jueves arrancó el cable de alimentación del ordenador cuando vio que empezaba la clase de homosexualidad y sodomía de su hijo. «Ya sé que lo hacen en el cole normalmente y mira, uno intenta no pensar en ello. Pero en casa, no. En mi casa no estoy dispuesto», argumenta.
Javier se enfrenta a una posible denuncia por parte del centro escolar si sabotea las clases, pero el hombre no está dispuesto a ceder porque, según dice, «la imagen de mi hijo practicando felaciones, por mucho que sea a través de la pantalla, no es compatible con los valores de esta familia». Se queja además de que los padres «tenemos que ayudarles con los deberes, y yo no tengo por qué enseñarle cosas homosexuales. Llámenme antiguo o facha o lo que quieran, pero es mi hijo», subraya.
La familia del niño asegura que, mientras sus compañeros practican la sodomía por internet con su profesor transexual, su hijo «no está parado, viendo la tele». Explican los padres que «mientras los otros se dan por el culo como hacen en los colegios de izquierdas nosotros le leemos el ‘Mein Kampf’ de Hitler, como se ha hecho toda la vida».
La madre de la criatura, más relajada que el padre, admite que «no me hace mucha gracia lo de la sodomía pero lo que peor llevo es lo de los disfraces».