Después de casi dos meses sometidos a una frecuencia de uso para la que no estaban preparados, los pijamas han empezado a explotar. Aunque han demostrado una resistencia notable durante toda la pandemia, ahora han llegado a su límite y han comenzado a sufrir las consecuencias.
«Las explosiones de los pijamas llegan sin previo aviso, sin muestras de deterioro previas», alertan desde la asociación de consumidores Facua. “Se han reportado casos de pijamas que echan humo, pero en la mayoría de los casos explotan de manera repentina”, reconocen. “Es como si trataran de aguantar en silencio hasta que, desgraciadamente, ya no pueden más”, añade la entidad, que considera que los pijamas «son los verdaderos héroes de esta pandemia».
Para evitar sustos, las autoridades recomiendan poner los pijamas a lavar en cuanto empiecen a echar humo y también cuando aparezcan agujeros, especialmente en las zonas del trasero y la entrepierna. “Ese desgaste puede ser la señal que indica que el pijama está a punto de explotar”, informan desde el Ministerio de Consumo.
De momento no hay que lamentar pérdidas humanas por las explosiones, pero sí han desaparecido innumerables dibujitos de ositos, de Mickey Mouse o Hello Kitty.
Facua alertaba ayer de que, por el abuso de las zapatillas de andar por casa, ahora los pies se niegan a usar zapatos porque los consideran demasiado incómodos, lo que provocará una pandemia de pies descalzos en la calle este verano.