Cada vez más madrileños empiezan a sufrir temblores, sudoración, intensos dolores de cabeza y náuseas. No se trata de los síntomas del coronavirus, se trata del síndrome de abstinencia tras semanas sin poder ir a ver el musical de El Rey León, que se solía representar seis días a la semana en el Teatro Lope de Vega.
Además de las sintomatologías ya mencionadas, muchos madrileños llevan días con ansiedad, irritabilidad y fatiga, todo provocado por la ausencia de pases del musical de El Rey León. “Es una ironía muy cruel estar con el mono y sin Rafiki al mismo tiempo”, declara Pepita Castaño, una mujer que ha caído en depresión después de tres semanas sin poder disfrutar del musical.
Muchos espectadores se han mostrado indignados con los responsables de la obra. “Llevaban años cantando que el ciclo no tenía fin, pero a las primeras de cambio lo han finiquitado”, protesta Fernando Maroto, un hombre que acudía cada semana a meterse el musical por la vena. “Primero te lo dan a probar casi gratis, después se van y te dejan con las ganas, seguro que cuando vuelvan suben el precio”, denuncia. “Espero no perderlo todo por culpa de Simba, Mufasa y compañía”, añade.
Para combatir el síndrome de abstinencia, gran cantidad de madrileños han empezado a ponerse las películas de El Rey León en casa y a hacer acrobacias. Aunque al principio puede dar cierto alivio, debido a la baja pureza que tienen los filmes, no se aconseja hacerlo. “Te alivia durante unos minutos, pero luego es peor”, reconoce un desesperado joven enganchado al musical de El Rey León desde hace años.