La pandemia lleva a diversos países a ensayar planes de transferencias directas no universales para compensar la reducción en los ingresos de sus ciudadanos. Por ahora no hay ninguna propuesta en firme, pero estos son algunos de los aspectos que está valorando el Gobierno de Sánchez:
Se plantea una renta básica de 15 bocadillos, tres trozos de tela, un ladrillo y 24 huevos al mes para todos los ciudadanos.
La paga extra navideña podría consistir en dos tornillos y una tuerca.
Es muy incómodo de implementar porque obligaría a poner precio a los ciudadanos de una vez por todas.
Al tener un sueldo asegurado, los españoles abandonarían su estúpido sueño de emprender y tener un negocio propio en el que poder explotar a otros ciudadanos.
De aprobarla, el Gobierno aplazaría al máximo su implementación, a la espera de que la pandemia haga que el número de españoles sea más “manejable”.
Desde la Casa Real están en contra porque Felipe VI tendría que firmar todos los cheques a mano.
El Ministerio de Consumo daría la posibilidad de doblar o triplicar la renta si se reinvierte en una apuesta doble combinada al GT World Challenge.
Antes de recibir la renta básica los ciudadanos tendrán que rescatar a Bankia de nuevo.
Los ciudadanos tendrán más dinero para vino.
Los ciuadanos seguirán sin tener dinero para una vivienda en propiedad.