Después de un mes de confinamiento, el empresario y ventrílocuo español José Luis Moreno ha empezado a echar de menos a la banda de ladrones que visitaba su chalé de vez en cuando. “Me había acostumbrado a ellos y ahora se me hace muy raro no verlos”, ha reconocido en una entrevista muy personal. “Se hace duro estar sin tu gente pero espero que cuando todo esto acabe vuelvan a venir”, ha dicho esperanzado.
Sin mucho que hacer, Moreno se dedica a mirar las fotografías en blanco y negro que extrajo de la grabación de sus cámaras de seguridad en la que salen los integrantes de la banda de ladrones que visitan asiduamente su domicilio. “Con Dimitri tengo más confianza porque es el que me suele atar a la silla mientras los demás se van llevando mis cosas”, afirma con gesto melancólico.
Por momentos superado por la nostalgia y la soledad, el exitoso empresario lleva días buscando la manera de volver a ver a sus seres más cercanos. “¿No podríais entrar por Skype?”, les ha preguntado con la esperanza de verlos antes de que acabe la pandemia. “Me he comprado cosas nuevas para que os podáis llevar”, les ha dicho para animarles a volver. “¿No queréis robarme, aunque sea, el pin de la tarjeta?”, ha insistido ante la negativa de los ladrones.
José Luis Moreno se siente muy solo desde que sus muñecos Rockefeller, Monchito y Macario se enfadaron con él al tercer día de confinamiento y se fueron a vivir juntos a un piso de Vallecas.