La reforma del Código Penal en la que trabaja el Gobierno incluirá la tipificación como delito de homicidio de la acción de dar tabaco. Conscientes de que fumar mata, desde el Gobierno quieren castigar a las personas que ofrecen tabaco a otras y hacer que caiga sobre ellas todo el peso de la ley.
Como medida de prevención, el Ejecutivo valora subir el precio de los cigarrillos para disuadir aún más a quienes los regalan. “Yo por los 4,50 euros que vale una cajetilla aún puedo dar un cigarro si alguien me lo pide”, se sincera una fumadora de Segovia. “Pero si me lo suben paso de arriesgarme, no quiero ni arruinarme ni ir a la cárcel”, sentencia.
El Gobierno también ha anunciado que las personas que den fuego serán consideradas cómplices de asesinato. “La víctima puede tardar décadas en morir, pero ese chispazo que enciende el cigarrillo es clave en su muerte”, aseguran las autoridades. Los amigos que roban los mecheros empezarán a ser considerados héroes y optarán a la medalla al mérito civil.
Para evitar problemas legales, las máquinas de tabaco ya han empezado a decir “Su tabaco, gracias, pero yo no te lo he dado y a mí no me conoces”. Las que están equipadas con ruedas suelen huir a toda prisa hacia un callejón oscuro una vez efectuada la compraventa.