Diciendo que los datos son “dolorosamente contundentes”, un meteorólogo ha publicado un estudio que confirma que, ante una ola de frío y con temperaturas por debajo de los cero grados, orinarse encima no es una buena solución para entrar en calor. “Intuitivamente, sabemos que la orina está caliente y el cuerpo busca calor. Además, el frío da ganas de orinar. Dar rienda suelta a ese instinto parece una buena solución pero, definitivamente, no lo es”, confirma Pol Raventós, líder de la investigación.
“Es verdad que, a todos los efectos, el alivio proporcionado por la orina es instantáneo, pero al poco rato la situación se revierte por completo y se pasa incluso más frío que antes”, reconoce el meteorólogo, que tiene la zona genital completamente congelada y lamenta “la poca ayuda de las instituciones proporcionando mudas de recambio a sus investigadores”.
“Visto en retrospectiva, parece un experimento estúpido porque los datos son muy contundentes”, concluye el especialista tiritando.
Los científicos reconocen que, aunque la sensación inicial es muy placentera y da la impresión de que funciona, a la larga es perjudicial. Admiten, eso sí, que puede ser un buen método para entrar en calor en trayectos cortos como ir de casa al coche o bajar a tirar la basura. “Lo ideal es subirse los calcetines por encima del pantalón para que el pis no moje los zapatos”, aconsejan desde la Agencia Estatal de Meteorología.
Los meteorólogos planean repetir el experimento en verano para comprobar si orinarse encima durante una ola de calor puede proporcionar algún tipo de “fresquito”.