El Partido Socialista reacciona al fin ante el escándalo de los ERE en Andalucía, un fraude que asciende a un total de 152 millones, uno de los mayores casos de corrupción conocidos en los últimos cuarenta años. Ha sido José Luis Rodríguez Zapatero quien, incapaz de soportar la presión, ha presentado su dimisión esta mañana como expresidente del Gobierno de España.
Aunque seguirá percibiendo un sueldo vitalicio, el ya exexepresidente se compromete a no formar parte del Consejo de Estado, del que salió ya en 2015, y renuncia a ser llamado expresidente. Fuentes socialistas confirman que la decisión se tomó por las presiones ejercidas desde la actual directiva, y que fue el propio Pedro Sánchez quien se lo pidió «como acto de generosidad hacia el PSOE» y porque un escándalo de tales dimensiones exigía una respuesta «a la altura de un partido de Estado».
«Con dolor dejo mi cargo de expresidente, renunciando así al reconocimiento de mis dos legislaturas al frente del Ejecutivo, y asumo toda la responsabilidad también como exsecretario general de mi partido», anunciaba hace unas horas Zapatero en un comunicado.
José Luis Ábalos, secretario de organización del PSOE, ha asegurado que el gesto de Zapatero «es un acto de valentía y responsabilidad del que otros partidos deberían tomar ejemplo». También ha dado por zanjado «uno de los periodos más duros de nuestro partido, tras el que solo cabe mirar hacia el futuro».