Después de que una exaltada mujer en silla de ruedas hiciera pasar un mal rato a Ortega Smith durante un acto contra la violencia de género en el Ayuntamiento de Madrid, Vox ha decidido retirar la rampa de acceso a su sede por miedo a que más mujeres en silla de ruedas intenten hacer lo mismo. “Son violentas, están organizadas y solo hay una manera de pararlas”, ha dicho Ortega Smith desde lo alto de la escalera sin atreverse a bajar a la calle.
Desde el pasado lunes, los miembros de Vox han empezado a ir con escolta a sus actos oficiales por miedo a que alguno de ellos vuelva a ser atacado por las violentas en silla de ruedas. Desde el partido de extrema derecha consideran que hay que acabar con la dictadura de discapacitados que desde hace años tiene secuestrado al país. “¿Hasta cuándo los españoles vamos a tener que seguir viviendo en áticos sin ascensor y completamente aterrorizados y asediados por este tipo de gente?”, se preguntaba un tembloroso Ortega Smith.
Gracias a la decisión de retirar la rampa de acceso a minusválidos, ahora los miembros de Vox ya no tienen miedo a ir a trabajar a su sede. “Nos preocupa que alguno se tire de la silla e intente llegar a nosotros arrastrándose por el suelo”, se sinceran desde la cúpula del partido. “Pero al menos ahora no tenemos que escondernos”, conceden.
Al cierre de la edición, la prensa ha podido saber que Santiago Abascal le ha dejado la pistola a Ortega Smith para que también pueda sentirse seguro por la calle.