Atravesando todo el país desde el aeropuerto del Prat, en Barcelona, y después de ser disparada por un agente de la autoridad, una pelota de goma acabó colándose por una ventana del domicilio del torero Juan José Padilla, en Sanlúcar de Barrameda, según informan fuentes del Hospital Virgen del Camino, de Cádiz. Las pelotas salen proyectadas con muchísima fuerza y fue por ese motivo por el que a los Mossos d’Esquadra se les prohibió utilizarlas, aunque esa norma no afecta a la Policía Nacional.
Esta mañana, el cuerpo ha admitido que utilizó pelotas de goma en los momentos de más tensión, pero que en ningún momento se pretendió golpear al torero, sino solo a los ciudadanos que se manifestaban pacíficamente. «Casi todas dieron en la cabeza de los manifestantes a los que se apuntaba, pero es normal que alguna se escape y surque los cielos durante mil kilómetros, se cuele por una ventana rompiendo el cristal e impacte en el cuerpo de Padilla. Es un riesgo que merece la pena correr para mantener el orden», ha dicho un portavoz del Ministerio de Interior, justificando así el uso de los proyectiles.
Según las mismas fuentes, el torero, al notar el impacto, se limitó a decir «Oh, joder. Bueno, es igual» e insistió en seguir cenando con normalidad.