Un estudio encargado por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ha confirmado esta semana la caída del turismo procedente de Turquía, hasta el punto de que la densidad de turistas de esta región intercontinental es ya marginal en el centro de la península, conservándose únicamente algunos turcos en los extremos de la geografía española. El informe atribuye este fenómeno a la cantidad de españoles con alopecia que acuden a Turquía para implantarse pelo. «La percepción de los turcos es que España, por alguna razón, provoca calvicie», confirma el ministerio.
Según una encuesta realizada en Turquía, para el 85% de los ciudadanos de este país los españoles son «personas calvas obsesionadas con tener pelo». El Gobierno reconoce que «nadie viajaría miles de kilómetros para ver calvos, y más si existe la sospecha de que, ya sea por la comida o por algún componente atmosférico, España provoca la caída del pelo».
El estudio precisa que es en Barcelona donde más ha caído la afluencia de turcos: «Los pocos que se atreven tienen miedo de que les roben el pelo y lo llevan todo el rato agarrado», asegura.
Esta información se suma a la casi inexistente presencia en España de visitantes cubanos, pues en Cuba se ha extendido también el rumor de que «en España solo hay hombres feos desesperados por mantener relaciones sexuales».
El ministerio matiza, pese a todo, que el número de turistas turcas que acude a nuestro país para depilarse se ha disparado más de un 200% en los últimos cuatro años.