Aunque están convencidos de que ya nunca descubrirá la verdad, los familiares de Antonio Tejero siguen entrando cada mañana en su despacho para fingir que él es el que toma las decisiones políticas del país. Los seres queridos del antiguo teniente coronel llevan 38 años haciéndole creer que es el caudillo de España, según han informado fuentes cercanas.
“¿Qué hacemos con lo de los catalanes, señor?”, le pregunta uno de sus hijos con gesto solemne. “Mandemos a miles de agentes para que carguen violentamente contra los manifestantes”, responde Tejero convencido de que es el líder de un estado fascista. El hombre, famoso por haber intentado un golpe de estado en el año 1981, está orgulloso de llevar casi tantos años como Franco en el poder.
“Decirle que el golpe había sido un éxito y que era el nuevo Jefe de Estado fue la única manera de conseguir que se marchara del Congreso de los Diputados”, se excusan sus familiares. “Desde ese día hemos seguido haciéndole creer que su plan funcionó y nunca ha sospechado nada, aunque cada vez nos cuesta más por culpa de todas las elecciones que se están celebrando”, admiten.
Antonio Tejero está orgulloso de ver cómo los españoles recuerdan con cariño cada aniversario del 23-F, día en que cree que se hizo con el gobierno del país. “Gozar del cariño del pueblo es importante para cualquier líder”, se sincera. Sus parientes solo compran el diario La Razón para que siga creyendo que estamos en plena dictadura y, cuando llueve, sale a la calle junto a sus amigos para inaugurar los charcos.
Incluso durante la exhumación de Franco, que Tejero interpretó como un homenaje por los casi 50 años de su muerte, los policías y soldados le siguieron el juego a los familiares del coronel y trataron al golpista como si fuera un jefe de Estado.
