Tras lo que considera que ha sido un apartheid injusto que relega a los coches humanoides a ser ciudadanos de segunda, un transformer ha conseguido tomarse este mediodía su primera caña en una terraza madrileña en completa libertad y sin riesgo de pagar multas. “Aquí estoy, como siempre tuvo que ser”, ha declarado el robot Bumblebee, del planeta Cybertron, a los periodistas.
Según dice, Madrid Central era una “locura de Carmena” que evidenciaba una visión “racista, antropocéntrica e injusta» que considera que las ciudades son solo para los humanos y no para los coches o los autobots. “Si a alguien le molesta mi presencia que se vaya él a su casa, pero yo tengo derecho a mi cañita, mis cervecitas y a pasear por aquí sembrando el caos”, dice el cyborg, que considera que ser de metal y asustar a todo el mundo no debería quitarle derecho a pasear por la que considera que también es su ciudad.
“Ohhhh, qué ricooo… Esto es mi combustible”, dice refiriéndose a la cerveza. “Tomarte esto en casa, escondido, no es lo mismo”, agrega.
Respecto a los destrozos que provoca en el pavimento y el hecho de que algunos de sus compañeros de mayor tamaño hayan destruido varios edificios al pelear entre sí, el transformer dice que es su cultura y hay que respetarla.