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La dentadura de una señora sigue criticando a la nuera desde el vaso de agua

LA MUJER Y SU DENTADURA SE HAN HECHO ÍNTIMAS, PUES ESTÁN DE ACUERDO EN TODO

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«Pues te digo que no me gusta el tono en el que me habla, como si fuera, yo qué sé, la charcutera, que igual es por la edad, que ahora van así por la vida, o porque se cree que puede mangonearme pero vamos, que un día de estos la vamos a tener, que de hecho ya le di el otro día una respuesta que se quedó así como violentada pero vamos, que a mí me da igual, la que lleva meses aguantando soy yo». Así arrancó ayer por la noche la perorata de la dentadura de Josefina Ramos, que estuvo más de dos horas hablando desde el interior del vaso de agua de la mesita de noche donde la depositó la mujer. Ramos dedicó varias horas del día a criticar a su nuera y, por inercia, los dientes continuaron hablando una vez separados de la boca de su dueña, según ella misma atestigua.

Josefina Ramos asegura que se asustó al principio pero luego «me di cuenta de que tenía toda la razón en lo que estaba diciendo, así que seguimos hablando un buen rato las dos». Fue el esposo de la señora Ramos quien interrumpió la charla entre la anciana y su dentadura llevándose el vaso al cuarto de baño. «La una hablando sin dientes y escupiendo a todas partes y la otra chapoteando desde el vaso. Un cuadro era esto. Las separé porque uno tiene que dormir», razona el marido.

Una vez descubierto este extraño fenómeno, Ramos y la dentadura «se han hecho íntimas», según su entorno, pues «coinciden en todo, especialmente al criticar a la niña esa». La señora se plantea adquirir una dentadura adicional para no tener que interrumpir a la dentadura de siempre, que ahora charla amigablemente posada en la mano de la dueña, aunque de vez en cuando se zambulle en el vaso porque se seca de tanto hablar «aunque ni por esas se calla», señala el esposo.

«Me agobio. Y además se ponen de acuerdo para ir contra mí», lamenta el marido de Josefina, que ha decidido quitarse el audífono. «A partir de ahora yo me salgo de la vida, si tienen algo que decirme esas dos, que hablen con él», comenta señalando el aparato, que escucha con atención a las dos mujeres, enzarzadas en una discusión desde hace horas.

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