La policía francesa encontró siete colillas de cigarrillos en los andamios de restauración donde surgió el fuego que devastó parte de la cubierta de la catedral de Notre-Dame de París el pasado día 15. Por este motivo, la Comisión Europea ha incorporado esta semana la obligación de advertir a los fumadores de que el tabaquismo puede tener consecuencias graves como la destrucción de una joya de la arquitectura gótica.
«Fumar puede matar y puede acabar con el patrimonio cultural de la humanidad, queremos que los fumadores sientan sobre sus espaldas el peso de esta responsabilidad», señalaba esta mañana Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea.
Europa tampoco descarta imponer una subida del precio del tabaco para que los fumadores ayuden a costear la restauración del templo parisino. «Lo que han hecho los fumadores esta vez es peor que encender un cigarrillo ante Dios y echarle el humo a la cara», sentencia Juncker.
Tampoco se descarta la creación de catedrales góticas para fumadores situadas en el extrarradio.