Con la capucha del abrigo puesta, soportando la lluvia y el cansancio, Andrea Moreno hizo ayer seis horas de cola frente a la oficina de Correos de Guzmán el Bueno, en Madrid, para acabar votando en blanco. «No me voy hasta que vote. No nos lo ponen fácil, pero hay que votar”, insistía cuando llevaba ya cuatro horas esperando.
“Las primeras dos horas estaba decidida a votar a Sánchez, luego a Rivera y al final, cuando me tocó votar, me puse nerviosa y me quedé en blanco, así que voté en blanco”, reconoce.
Moreno tuvo tiempo para leer con calma los programas de todos los partidos, algo que anteriormente había hecho «solo por encima». La oportunidad de profundizar no hizo más que sembrar dudas sobre todos los candidatos. «Creo que una cola de seis horas en Correos es más útil que la jornada de reflexión. No puedes distraerte con la tele o yendo al cine, así que realmente reflexionas. Lo malo es esto, que reflexionando entras en un bloqueo y acabas votando en blanco», argumenta.
Esta mañana, Moreno ha regresado a la cola de Correos para obtener el distintivo medioambiental obligatorio para circular en coche por Madrid. La espera le ha permitido concluir que lo que tiene que hacer es vender el coche y pasarse al transporte público.