La autora del bestseller global “La Magia del Orden” se ha reunido con un grupo reducido de periodistas para darles algunas claves sobre su filosofía vital, que está revolucionando el orden en los hogares de medio mundo. Kondo ha afirmado, por ejemplo, que el máximo de libros que conviene tener en casa son treinta, y que ella recomienda conservar únicamente tres familiares.
La japonesa ha explicado que tener solo tres personas en la familia conlleva un sinfín de ventajas. Ahorrar en familiares supone ahorrar también en comida, agua, muebles, platos, manteles, servilletas, papel higiénico, cumpleaños, funerarias, traumas y tedios, “y especialmente, un importantísimo ahorro en cuñados, que en Japón son tan coñazo como en cualquier sitio”, ha añadido con su pudorosa y discreta sonrisa oriental.
Kondo ha explicado que los tres familiares admiten múltiples combinaciones, y que ella recomienda quedarse con aquellos más polivalentes. “Las personas de cincuenta en adelante valen lo mismo para hacer de padres, de tíos o de abuelos y pueden durar unos buenos setenta, ochenta años, quizá más si se guardan en un lugar fresco y seco”. También es partidaria de las madres, ya que madre no hay más que una y “eso no lo he escrito yo, pero podría perfectamente haberlo hecho”. Afirma que los niños, en cambio, solo sirven para hacer de hijos o sobrinos e impiden mantener el orden en casa. Deshacerse de ellos, además, es más sencillo.
Preguntada por una reportera si ella no se aburre con una familia tan reducida, Marie Kondo ha negado enérgicamente, asegurando que es mujer de pocos amigos, pero que le encanta poder ayudarles a reordenar el armario o a deshacerse “a mi manera” de cualquier familiar que les sobre.
Ante el insistente rumor de que ella misma sea un robot de limpieza, Marie Kondo se ha reído con timidez y ha puesto fin a la entrevista. “A buen entendedor, pocas palabras bastan. A buen entendedor, pocas palabras bastan. A buen entendedor, pocas palabras bastan”, ha concluido, cerrando y abriendo los ojos de forma desacompasada.