Tras meses viviendo a 400 kilómetros de la superficie terrestre, en la Estación Espacial Internacional, y viendo el planeta y su vida con mucha perspectiva, Samantha Cristoforetti, una astronauta europea, inició ayer su regreso a la Tierra y ha empezado a ver sus problemas más grandes a medida que se va acercando a ella.
“Desde allí arriba todo se ve tan pequeño y ahora… todo se ve más grande, más cercano”, ha declarado Cristoforetti durante el descenso.
En estos momentos, según ha podido confirmar la ESA, la astronauta todavía se encuentra en la Termosfera, posición desde la que ya puede empezar a distinguir el elevado precio de su hipoteca. “Minutos después de la despresurización, Cristoforetti ha visto que su expareja entraba en un centro comercial de la mano de su amiga Sara”, informan desde Cabo Cañaveral.
“El aterrizaje debe efectuarse en menos de 10 horas porque Cristoforetti tiene cita con el oftalmólogo”, explican los ingenieros. “Houston, tengo muchos problemas”, ha dicho la astronauta a su paso por la Estratosfera, conforme la superficie de nuestro planeta iba dibujándose con mayor detalle ante sus ojos.
Abrumada por los problemas que le esperan en la Tierra, la astronauta se ha mostrado confiada en desintegrarse al atravesar la atmósfera. “No se me ocurre una mejor solución para todo estos problemas”, ha dicho.
“Es un aterrizaje forzoso”, ha dicho la astronauta pese a que todo ha transcurrido sin problemas.
Al cierre de la edición, la ESA ha informado de que la nave espacial ha aterrizado con éxito en la Tierra, pero que lo ha hecho en una zona azul, por lo que la científica tendrá que pagar una elevada multa en cuanto consigan sacarla del interior de la nave.