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La reforma de plaza de España de Madrid incluirá un paso de peatones transversal y un psicótico que alertará sobre el fin del mundo

EL CONSISTORIO NO PREVÉ QUE SE BAJE LOS PANTALONES "EXCEPTO EN OCASIONES ESPECIALES"

El Ayuntamiento de Madrid va a instalar, en la intersección entre Gran Vía y plaza de España, un paso de peatones transversal que permitirá cruzar la calzada en todas direcciones y también un hombre demente con barba que alertará sobre el fin del mundo enseñando unos carteles de cartón y gritando “Cuidado, cuidado…”.

El nuevo paso de peatones no tendrá semáforos para los viandantes, sino bolardos semafóricos, un tipo de bolardos de algo más de un metro de alto coronados por una luz que cambia del rojo al ámbar y de ahí al verde (con los que el loco de vez en cuando discutirá hasta llegar a las manos).

Cuando los 16 bolardos se pongan en verde, los peatones podrán cruzar en todas las direcciones (ocasión que aprovechará el loco para correr de un lado a otro agitando los brazos y moviendo sus cartones con frases incoherentes). Hasta ahora, había que esperar al menos dos semáforos para llegar a la esquina contraria. Además, la programación de los semáforos permitirá que haya tiempo suficiente para atravesar.

Otra de las novedades de este paso (además del hombre que grita incoherencias) es que estará a la altura de la acera, es decir, elevado sobre el nivel del asfalto, por lo que serán los vehículos los que tengan que subir un pequeño escalón para atravesarlo y facilitará la movilidad a las personas de movilidad reducida e invidentes. “Se ha decidido hacerlo así porque es muy simbólico y muestra que el peatón y el loco de plaza España se apropian del espacio”, explica Fernando Porras-Isla, coautor del proyecto de plaza de España.

“El paso de peatones (y el loco) cumple toda la normativa, y además incorpora la posibilidad de cruces en diagonal, de manera que los coches tienen que detenerse en todas las direcciones para permitir un flujo de peatones (y de locos que gritan) mucho más libre”, añade. “El nivel del suelo en ese punto no será el de los coches, sino el de las aceras, así que el coche tendrá que subir y el conductor sabrá que se encuentra en territorio del peatón (y del loco, que se llamará Pedro o Juan, según el caso). Va a ser una gran plataforma peatonal (donde todos los viandantes quedarán debidamente alertados sobre la proximidad del apocalipsis, el armagedón último que acabará con toda la vida en la Tierra según la profecía de nuestro profeta Jesucristo, que habla por boca de un loco que estará justo en la esquina de Gran Vía con Leganitos)”, continúa el arquitecto.

Porras-Isla admite que tenía presente el paso de Shibuya para plantear el proyecto: “Ese cruce japonés es muy icónico, todo el mundo ha visto imágenes en las redes sociales, pero la nuestra es una variante más sofisticada, porque no todos los flujos son iguales, así que hemos tenido que adaptar el paso a las intensidades variables (y al loco, que necesitará su espacio y pondrá Madrid a la altura de grandes ciudades con muchos vagabundos inquietantes, como Nueva York)”. En su opinión, “es una apuesta que tiene que ver con la conectividad verde”.

98 millones

Esta iniciativa se incluye en la reforma de plaza de España, elaborada por ambos estudios tras un concurso público y un proceso de participación ciudadana (el loco que entró gritando al Ayuntamiento exigiendo medidas concretas contra el ‘gran evento que ha de llegar y masacrar a todos’). El presupuesto del proyecto votado por los ciudadanos en febrero de 2017 se estableció en 46 millones de euros, pero durante el desarrollo del mismo se han ido incorporando nuevas partidas (cartones y rotuladores).

La nueva plaza de España, que incluye alargar el túnel de Bailén hasta Ferraz, ampliar las aceras de la cuesta de San Vicente y peatonalizar el tramo de Bailén que une plaza de España y los jardines de Sabatini (y tener a un loco gritando desde de las nueve de la mañana hasta medianoche excepto en ocasiones donde no se presentará, haciendo que todo el mundo se diga ‘hoy no está el tío que grita’), finalizará en 2020.

“Esta reforma tiene mucho que ver con la mitigación tan grande del tráfico que va a haber en la zona (y que va a dejar mucho más sitio para ciudadanos que quieran alertar sobre eventos cósmicos importantes relacionados con juicios finales)”, señala Porras-Isla.