En los últimos cuatro años el precio de los alquileres ha subido cerca de un 30% y eso está provocando que cada vez más jóvenes españoles se estén viendo obligados a compartir su cajero. Entidades como CaixaBank o el Banco Santander registran las subidas más altas y el metro cuadrado de sus cajeros automáticos ya se encuentra en quince euros.
Debido a la alta demanda de estos locales, cada vez menos jóvenes se pueden permitir ser pobres. “Antes te pillabas un cajero para ti solo y estabas ahí la mar de bien, pero ahora, como no lo compartáis entre dos o tres, es imposible permitírtelo”, lamenta un veinteañero de Terrassa que ha tenido que irse a vivir a la calle por no poder pagar el alquiler del cajero.
A día de hoy hay tanta gente sin hogar que el precio de la calle ha empezado a subir y ya no es gratis. “Desde febrero del pasado año es obligatorio pagar alquiler para dormir a la intemperie”, asegura Fernando Perales, un agente inmobiliario. “Y no es nada barato”, advierte. “Los sitios debajo de los puentes son los más valorados, pero cualquier esquina más o menos resguardada de la lluvia está impracticable ahora mismo”, explica.
La gentrificación en las calles está obligando a los vagabundos de toda la vida a irse a vivir a las afueras. Debido a la subida de los alquileres, muchos jóvenes ya han empezado a irse a vivir con sus padres, que a su vez también viven con sus padres. “En el futuro, todos los españoles vivirán en la misma casa porque todos venimos del mismo mono”, se sincera Perales.