Miguel Martínez, responsable de Ventas de la compañía Jenkins & Co., ha comparecido esta mañana con unas orejas de conejo y una nariz de cerdo en la reunión anual de presupuestos tras dejarse activado el filtro de Snapchat, aplicación que usó ayer con su hija y que se olvidó de apagar.
A pesar de que Martínez quería concienciar a la Junta Directiva del momento crítico que vive la empresa, el hecho de tener en la cara partes animadas de animales virtuales hizo que no lo tomaran en serio. “Conciliar es muy difícil y pasan estas cosas, es la segunda vez que vengo a trabajar con los filtros puestos”, reconoció el trabajador durante la hora del café.
Durante su intervención en la reunión, Martínez explicó con mucha documentación que la compañía está al borde de la quiebra y que el futuro peligra. “Si solo llevase las orejas de conejo aún le habríamos escuchado, pero con el hocico de cerdo era imposible atender a lo que decía”, explica el CEO de la compañía, ignorando que en un par de semanas se quedará sin trabajo.
No es la primera vez que Martínez protagoniza una situación de este tipo: Hace tres semanas ya tuvo que ser enviado a casa tras pasarse toda una mañana vomitando arco iris por culpa de un filtro en mal estado.