Exigiendo que se acerque a los presos monárquicos a los palacios reales, cientos de españoles han empezado a lucir un lazo de oro con incrustación de diamantes y otras piedras preciosas para pedir la libertad de Iñaki Urdangarin, condenado a cinco años y diez meses de cárcel.
“Primero tuvieron que exiliarse y finalmente, en cuanto han puesto un pie en el país, los han metido en la cárcel, es inadmisible”, explica Matilde Llorén, una ciudadana que exhibe orgullosa su lazo de color amarillo oro con incrustaciones de diamantes de dos quilates y dos pequeños zafiros de color rosa en las puntas. “Llevo esto para que no se nos olvide que hay uno de los nuestros en prisión”, ha dicho en referencia al lazo que ha colocado en su chaqueta.
Muchos simpatizantes de la monarquía, organizados en los llamados CDR (Comités de Defensa de la Realeza), han colocado también enormes lazos de oro y pedrería en semáforos, carreteras y otros lugares públicos.
El abogado de Urdangarin ha pedido que su cliente sea encarcelado en un módulo “apartado de los raperos republicanos y los catalanes”.