El rapero Valtonyc, que debía ingresar en prisión de forma inminente, ha abandonado el país para empezar una nueva vida.
Al oeste en Palma de Mallorca, Josep Miquel Arenas crecía y vivía sin hacer mucho caso a la policía. Según fuentes cercanas, cantaba rap sin cansarse demasiado porque por la noche se sacaba el graduado.
Sin embargo, cierto día, cantando canciones con amigos, unos tipos del barrio le metieron en un lío. Esto no sentó demasiado bien a su madre, pues le dijo que con su tío y con su tía se iría a Bel-Air.
Lo último que se sabe de Valtonyc es que llamó a un taxi y, cuando se acercó, su molona matrícula le fascinó. Sus allegados confirman que el rapero quería conocer a la clase de parientes que le esperan en Bel-Air con aire sonriente.
Según ha publicado el propio cantante en sus redes sociales, a las siete llegó a aquella casa y salió del taxi que “olía a cuadra”, una afirmación que todavía no ha podido ser contrastada. Valtonyc, pues, está en Bel-Air, y la cosa cambia.
Aun así, el rapero no ha consentido que su familia le espere con un trono, ni mucho menos que le llamen Príncipe.