Científicos españoles han descubierto por fin adónde van las señoras que quedan para “salir a caminar”. Tras un exhausto seguimiento vía satélite, similar al que se utiliza para estudiar las migraciones de ciertas aves, se ha llegado a la conclusión que todas estas señoras acaban su trayecto en una cueva donde juegan a la brisca.
Además, el mismo estudio revela que, una vez se han alejado lo suficiente de la civilización, las señoras abandonan sus achaques propios de la edad y comienzan a caminar de forma más ligera. “Es como si rejuvenecieran a medida que caminan, cuando nadie las mira”, afirma el director del estudio.
Mari Carmen Bragulat, portavoz de las señoras que salen a caminar, desmiente los resultados de la investigación. “Simplemente salimos a andar”, dice. “No tenemos ningún objetivo más que charlar entre nosotras. No existe tal cueva, no la busquéis. No la busquéis”, añade.
El estudio confirma que el número de señoras que salen a caminar es cada vez mayor, y atribuye el aumento a iniciativas como vidaMovida, un seguro que recompensa económicamente este hábito saludable.
“Pronto necesitarán otra cueva”, advierten los expertos.
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