Intenso pero breve ha sido el paso por España de la plataforma de contenido audiovisual Netflix. Hace dos años, la compañía americana se presentó en nuestro país ofreciendo un mes gratis a todos los españoles que quisieran acceder a sus series y películas. Poco a poco, la ciudadanía fue sumándose a los más de 69 millones de suscriptores que tiene Netflix en más de 60 países. Sin embargo, conforme ha ido expirando el primer mes de prueba, los abonados han abandonado la suscripción de forma masiva.
«No contaron con la cultura española del todo gratis», explica Rosendo Suárez, experto en el sector. «La idea es que la gente pruebe el producto, disfrute de sus ventajas y luego pague por él, pero aquí no funciona así. Aquí nos perfumamos con muestras gratuitas y nos maquillamos en Sephora aprovechando que lo hacen gratis. Esperar que la gente pague por ver la tele es de una ingenuidad abrumadora», argumenta. «Nos peleamos como animales por una visera de propaganda, pero no pagaríamos ni un euro por ella», añade.
«¿Diez euros al mes por ver todas estas series y películas de forma ilimitada y a la carta? Un puto robo», sentencia uno de los últimos españoles en cancelar su suscripción. «Lo de llenar las calles con anuncios y cubrir edificios con telas enormes viene bien para saber qué serie toca descargarse de las páginas piratas, eso espero que lo sigan haciendo», agrega.
Después del fiasco de Netflix, las otras operadoras, principalmente HBO y Amazon, están estudiando la opción de pedir a sus actores, productores y directores que trabajen gratis a cambio de prestigio. «A muchas empresas les funciona con cierto tipo de profesionales, lo negociaremos a ver si hay suerte», explican sus responsables. De momento, el único intérprete abiertamente interesado en el tema del prestigio ha sido Kevin Spacey.
