Estados Unidos sufrió ayer una nueva masacre perpetrada por un adolescente armado hasta los dientes. Ocurrió en un colegio del noroeste de Miami (Florida) y, según fuentes del Pentágono, el asesino, de 19 años, había emprendido un programa de entrenamiento militar junior. Actualmente, no sólo en Florida sino también en el resto del país, cualquier familia americana puede disponer de adolescentes sin control alguno. Es una situación no regulada a la que se quiere poner freno inmediatamente, según confirman fuentes del Gobierno.
Ante el peligro evidente que suponen los adolescentes en los colegios de secundaria, y dada la facilidad con la que éstos pueden entrar y salir de los centros educativos, el presidente norteamericano Donald Trump se ha comprometido a prohibir y combatir la existencia de adolescentes en Estados Unidos. «No son hechos aislados: los adolescentes utilizan armas de fuego y se convierten en bombas de relojería a punto de estallar. Hay que alejar a estos jóvenes de las armas de fuego y, por lo tanto, lo que hay que hacer es prohibir a estos jóvenes, erradicarlos de nuestro país», sentencia la Casa Blanca en un comunicado difundido esta mañana.
«LOS ADOLESCENTES POR SÍ MISMOS NO SON MALOS, PERO COMBINADOS CON ARMAS DE FUEGO SUPONEN UNA AMENAZA MUY SERIA. HAY QUE AFRONTAR ESTE PROBLEMA DE CARA: PROHIBIREMOS A LOS ADOLESCENTES EN NUESTRO PAÍS #GETOUT», escribía el propio Trump en su cuenta de Twitter.
Es la primera vez que la prohibición de los adolescentes se plantea desde la Administración estadounidense de una forma tan contundente y se prevé que levante polémica. Entidades tan poderosas como la Asociación Nacional del Rifle perderían seguidores si el país prescindiera de un sector tan activo de la población. Ante la posibilidad de ver mermadas sus ventas, es probable que los fabricantes de armas también ofrezcan resistencia pese a que, según Trump, «es la única solución a un problema que no podemos ignorar por más tiempo».