En la tarde de ayer, en la mesa número cuatro de un céntrico bar de Burgos, Antonio Prieto, un vecino de 62 años, experimentó “la mejor cura de humildad que veréis en la puta vida”. Tras un buen rato debatiendo sobre tipos y variedades de café, y llenándose la boca diciendo que «si queréis café del bueno, me preguntáis a mí», un comercial de Lavazza experto en el tema hizo acto de presencia y utilizó un argumento tan definitivo para rebatirle que Antonio se fue a casa con el orgullo de haber recibido “la cura de humildad del siglo”.
Según fuentes cercanas a Antonio, éste lleva todo el día hablando sobre la increíble gesta que protagonizó en el bar. “Gracias a la lección que recibí ayer, ahora soy la persona más humilde que vais a conocer en vuestra puta vida”, asegura orgulloso.
“He recibido una cura de humildad de la hostia, ya os gustaría a vosotros”, ha dicho Antonio al regresar esta mañana al lugar de los hechos y comprobar que le quitaban importancia a lo sucedido. Los dueños del bar consideran que Antonio no recibió ninguna cura de humildad y que simplemente “estaba hablando sin saber y le ganaron un debate más de muchos”. Un indignado Antonio les ha retado a que le den un ejemplo de cura de humildad mejor que la suya, “de verdad, os reto, con dos cojones”.
Tras haber abandonado el céntrico bar que frecuentaba a diario debido a “unas diferencias irreconciliables de la hostia”, Antonio ya está buscando un nuevo local al que ir con la esperanza de poder hablar “del zasca en toda la boca más épico que se recuerda”.