La Comisión Europea ha reaccionado este mediodía desde Bruselas a los acontecimientos de ayer en Cataluña, y lo ha hecho yendo más allá de su posición habitual, que es la de señalar que las disputas sobre la independencia son un «asunto interno». «Apelamos a todos los actores relevantes para que abandonen la violencia y retomen el intercambio pacífico de insultos. La violencia no puede ser nunca un instrumento en política», exige el organismo.
Europa confía plenamente en la capacidad de Mariano Rajoy para poder empeorar la situación con el diálogo y sin tener que recurrir a la fuerza policial. Así lo ha remarcado Margaritis Schinas, portavoz de Jean-Claude Juncker, que ha leído una declaración oficial en la que emplaza a las partes en conflicto a regresar «a la política de enfrentamientos y descalificaciones mutuas» sin proyectar «imágenes alarmantes de violencia policial que nos obligan a tratar este asunto aquí y ahora».
«La incapacidad de alimentar un conflicto político desde la propia política, teniendo que recurrir a la fuerza, constituye un fracaso de la política», alerta la comisión, animando así al Gobierno central y al autonómico a «retomar el chantaje, la amenaza y las mutuas acusaciones dentro del marco político como habían hecho hasta ahora».
Tanto desde Moncloa como desde la Representación Permanente de España ante la UE se ha respondido a la declaración oficial recordando que «la violencia fue instigada por un gobierno autonómico manipulador, desleal y sectario», a lo que el Ejecutivo catalán ha replicado que «fue el Estado fascista el que mandó a esos efectivos adiestrados para provocar escenas de violencia desproporcionada». La Comisión considera que estas reacciones son «un buen paso» que indican que se está volviendo a la normalidad democrática.