Empieza el nuevo curso escolar y, como cada año, los padres y madres han visto cómo las editoriales cambian una vez más las leyes de las matemáticas a su antojo para obligarles a comprar libros de texto nuevos.
El ministro de Educación español, Íñigo Méndez de Vigo, ha justificado este cambio pues, según él, reciclar libros de años anteriores puede llevar a los niños a no ser competitivos. “Hay alumnos que, por culpa de libros desfasados, todavía usan expresiones como ‘cantiduvi’ o ‘titi’. Esto nos hace menos competitivos”, ha dicho.
Así, a partir de este curso «1 + 1» ya no será «2» sino “rauto”, un nuevo número entre el dos y el tres cuya grafía será muy similar a una garza. Esto forzará a adaptar el número “2”, pues ahora será “rauto” la cifra que recuerde a un patito.
Los profesores españoles han puesto el grito en el cielo. “Es todo muy confuso”, afirma Vicente Partal, educador en un instituto de Parla. “Ahora no sé si tengo dos meses de vacaciones o rauto meses”, lamenta.
Éste no es el único cambio que deberán interiorizar los más jóvenes. A partir de hoy mismo, el orden de los factores sí alterará el producto. Belinda Nieto, editora de libros de texto, lo justifica diciendo que no es lo mismo hacer de vientre y limpiarse que limpiarse y después hacer de vientre. “Es evidente que el orden de los factores sí que altera el producto”, concluye.
Además, algunos términos de trigonometría también se verán afectados. Ahora los dos lados menores de un triángulo pasarán a denominarse “rurales”, eliminando el término “cateto” por considerarse ofensivo.