El cristal blindado del escaparate de una joyería de Bilbao ha quedado hecho añicos este mediodía después de que uno de los empleados del local, Roberto F., haya sido despedido con el conocido método del alunizaje. «Ha atravesado el escaparate y ha salido volando hasta el otro lado de la acera», confirma un viandante. «Algo gordo ha tenido que hacer», añade.
El trabajador asegura que se ha limitado a exigir un merecido aumento de sueldo y poder elegir la fecha de inicio de sus vacaciones de verano. Sin embargo, su superior insiste en que lo ha pedido «de malos modos, y el que me habla así en mi negocio sale disparado».
El jefe denuncia además que el empleado «ha salido con varios colgantes de oro y piedras preciosas», pero varios testigos dan la razón al trabajador cuando dice que «los colgantes estaban en el escaparate y se me han quedado incrustados cuando él me ha tirado fuera». En cuanto a las piedras preciosas, Roberto F. aclara que son «trozos del cristal del escaparate, que se me han quedado pegados en la frente».
Las autoridades confirman que la rotura de escaparates por el método del alunizaje es muy común, especialmente en Bilbao. «A veces son los propios clientes que entran rompiendo el cristal con la cabeza porque les molesta tener que esperar a que les abramos la puerta, o simplemente porque ven una joya que les gusta y se cargan el cristal con el puño para ver cómo es», confirma el propietario de la joyería, que valora sustituir el cristal blindado por un espantapájaros con uniforme de ertzaina.