Pedro Sánchez se dio un baño de masas ayer en Cibeles tras recuperar la secretaría general del PSOE frente a su rival Susana Díaz. La expedición sanchista llegó a Cibeles pasadas las 2:30 horas de la madrugada. Fue entonces cuando se desató la locura, con la afición coreando el nombre de su líder pese a la dificultad de gritar «PDRO» con la ayuda de una sola vocal.
La militancia también entonó cánticos en contra del aparato del partido, entre ellos el más celebrado: «Barón, cabrón, saluda al campeón». El momento cumbre de la celebración llegó cuando Pedro Sánchez besó a la diosa Cibeles y le puso la bandera roja y el clavel en la solapa mientras sonaba La Internacional.
Los servicios técnicos habían comenzado a instalar las vallas de protección a media tarde, ante la previsión de que las primarias socialistas llenaran la zona, que ya estaba plagada de militantes con banderas del PSOE. Los bares más próximos a Cibeles se llenaron de centenares de simpatizantes para seguir en directo las votaciones. Muchos se tuvieron que conformar con seguirlo desde las ventanas de los locales, donde no cabía ni un alfiler.
“Han sido unas primarias muy peleadas, pero tenemos que regenerar el partido y contamos con vosotros”, recalcó Sánchez. Los seguidores explotaron de júbilo y pidieron la presidencia para el madrileño.