Las cárceles españolas están de enhorabuena. Gracias al nuevo jabón, desarrollado por Kimberly-Clark, no hará falta fingir más y decir “Oh, cómo pesa, llevo veinte minutos intentando agarrar el jabón y no puedo levantarlo” cada vez que se esté en la ducha y se quiera un poco de cariño.
La compañía especializada en productos de higiene personal ha diseñado unas pastillas de jabón con ventosas y tornillos que se adhieren al suelo con fuerza para que cueste mucho recogerlas y, de esta manera, se pueda prolongar el placer. Según sus creadores, este ingenioso invento lleva años perfeccionándose y han hecho falta miles de duchas con cientos de voluntarios para llegar a la versión definitiva.
Algunas prisiones españolas ya han introducido este producto a su lista de servicios, y los presos no pueden estar más contentos. “Antes tenía que fingir que me daba un tirón para estar más tiempo doblado”, dice Carlos ‘Chalequitos’ Ochoa, recluso de Alcalá-Meco. “Inevitablemente, después de tantos tirones fingidos empezaron a correr rumores sobre mi homosexualidad completamente injustificados”, explica, congratulándose de que ya no sea necesario fingir excusas nuevas y rocambolescas cada vez que está en la ducha.
El nuevo jabón se pondrá a disposición del gran público a partir de la semana que viene y estará disponible tanto en farmacias y tiendas de cosmética como en sex shops. La marca de jabones, según informa, también va a lanzar al mercado una pastilla de jabón con forma de llave de la celda para que los reclusos no necesiten tallarla ellos mismos.