Según un estudio presentado hoy por la Asociación Española de Psiquiatría, al menos el 60% de las personas que han sido declaradas enfermas mentales en España en 2016 son ciudadanos perfectamente cuerdos pero que han pasado demasiado tiempo hablando solos y a gritos mediante un dispositivo Bluetooth.
Casi la totalidad de los hospitales psiquiátricos del país cuentan hoy en día con internos que visten traje y llevan un maletín negro mientras hablan a gritos a un aparato situado en una de sus orejas. «A primera vista no sabes si son terapeutas, vendedores de empresas farmacéuticas o cargos del Ayuntamiento», explica el doctor Roberto Heras, de la Clínica Yeti de Tordera. «Un examen más detenido revela a los pocos minutos que se trata de pobres ejecutivos incapaces de mantener una conversación normal, cara a cara, con otra persona», agrega.
Al ser internados, los empresarios no suelen quejarse ni resistirse porque están demasiado ocupados hablando por teléfono y haciendo gestos al aire sin aparente motivo. «Ellos van hablando, pidiendo informes y dictando correos a su secretaria mientras las enfermeras los conducen hacia sus habitaciones empujándolos por la espalda. Luego firman toda la documentación de ingreso voluntario con su pluma Montblanc, sin apenas leerla porque están a otras cosas», apunta Heras.
«Estoy llegando», «Cancela la reunión de la tarde porque esto va para largo» o «No puedo atenderte ahora, estoy internado, pero mándame el informe por correo» son algunas de las frases características de este tipo de interno, para el que de momento no hay cura o tratamiento específico.