Los efectivos de salvamento del Principado de Asturias han logrado rescatar con vida a Antonio Sarandeses, de 38 años y vecino de la localidad asturiana de Lugonés, que ayer quedó atrapado en uno de los cachopos que preparan en el restaurante al que acude habitualmente a comer. Según varios testigos, el cachopo, plato típico asturiano consistente en dos grandes filetes de ternera entre los que se colocan varias capas de jamón y queso, todo ello empanado, era de tamaño normal y «nada hacía prever que sucedería algo así».
A las 15.26 horas de ayer, el Centro de Coordinación de Emergencias recibía un aviso del Restaurante La Sartén de la Abuela de Oviedo informando que uno de los comensales estaba teniendo «ciertos problemas con su cachopo». Inmediatamente, miembros del SAMU (Servicio de Atención Médica Urgente) se personaron en el local pensando que simplemente se trataba de «una asfixia por aspiración».
Sin embargo, la situación «era más compleja de lo que nos habían dicho en un principio» según informó después el Jefe de Unidad del SAMU «porque el sujeto estaba atrapado muy por debajo de las capas de carne y el rebozado». Al instante se solicitó la intervención del helicóptero medicalizado y del Grupo de Rescate del que forma parte un médico-rescatador, y desde el SEPA (Servicio de Emergencias del Principado de Asturias) se activaba el protocolo para este tipo de situaciones.
A las 16.38 horas, un miembro del BCS (Brigada Cachopo de Salvamento) lograba llegar hasta el lugar donde permanecía atrapado el cliente del restaurante, al que encontró en perfecto estado comiéndose el cachopo a grandes mordiscos, aunque tenía una pierna totalmente inmovilizada entre dos lonchas de jamón. Eso provocó que se decidiera activar la fase dos del protocolo, lo que implicaba la llegada de tres helicópteros del SEPA para intentar levantar la capa externa del cachopo sin aplastar al accidentado. Finalmente fueron necesarias más de 15 horas para llevar a cabo la operación con éxito. Por fortuna, a las 18:30 horas de hoy, los servicios de salvamento lograban sacar a Antonio Sarandeses del cachopo con «cierto ardor de estómago» pero totalmente ileso.
La víctima, una vez rescatada, pidió el cachopo «para llevar» y poder terminárselo en casa.
No es la primera vez que uno de los clientes del restaurante La Sartén de la Abuela sufre un accidente de estas características. Sin embargo, responsables de este local han asegurado que esto no va a variar en absoluto su forma de preparar el cachopo, porque «uno sabe a lo que se expone cuando entra en un restaurante de comida asturiana».
