A fin de garantizar el desorden público durante un concierto de rock, la policía antidisturbios tuvo que hacer acto de presencia ayer por la noche en el local La Sepultura del Chocho, en Madrid. “Entraron en el local al final del concierto, durante un solo de guitarra, y rompieron todos los instrumentos, los amplificadores y varias sillas, fue la leche”, ha confirmado uno de los asistentes al evento.
“Nunca había visto tanta furia sobre un escenario”, ha añadido en referencia a la actuación del cuerpo policial.
Según ha podido saber la prensa, la intervención de los antidisturbios fue solicitada por los mismos artistas, el grupo de rock Los Zigarros, para asegurarse de que “la actuación y la noche fueran inolvidables para todos”. Lo que más agradó a los artistas fue que los agentes requisaron el móvil a todos los que intentaron grabar la actuación “en vez de disfrutar de la música, la fiesta y los mamporros”.
El grupo ha declarado también que decidió acudir “al sistema” para llevar a cabo un acto típicamente antisistema porque “no hay nada más antisistema que acudir al sistema para hacer algo antisistema de la manera más sistemática posible”.
“Estábamos grabando un videoclip con personajes extraños como un tenista, una monja subida de tono, un unicornio… pero ese plus de locura y desmadre sólo lo podían garantizar los antidisturbios”, ha declarado el vocalista de Los Zigarros.
La crítica ha elogiado especialmente el solo de batería de 37 minutos que llevó a cabo uno de los agentes cuando intentó reducir al conjunto de tambores a golpe de porra.
El concierto culminó tras tres bises de los antidisturbuios y dos del grupo, que finalmente fue detenido por los agentes “para seguir ensayando con ellos en el cuartelillo”.