Tras ingresar en prisión por un delito de estafa, Cristóbal López Vivar, dueño de Funnydent, se ha visto obligado a acudir a los baños de la cárcel para recibir “el tratamiento” de parte del Antonio “el Talgo” Montáñez, un peligroso convicto que le ha prometido que “no va a doler”.
‘El Talgo’ se ha sentado junto al dueño de las clínicas dentales y, antes de proceder, le ha explicado cada paso con paciencia a fin de tranquilizarle, según han explicado fuentes del centro penitenciario de Navalcarnero. “Primero vamos a sacudir un poco la ensalada, luego vamos a limpiar por aquí, por aquí y por aquí… no tengas miedo, que todo el mundo entra aquí con mucho miedo y luego ven que no es para tanto”, la ha explicado el preso al responsable de Funnydent, que cerró nueve clínicas sin previo aviso dejando a miles de pacientes afectados.
“¿Necesitas enjuagarte la boca y escupir?”, le ha preguntado con dulzura “el Talgo” al empresario tras 45 minutos de intervención.
El experimentado delincuente le ha recomendado a López Vivar que, si tiene mucha impresión, cierre los ojos y piense “en otra cosa” y le ha recordado que “una cosa es el dolor y otra cosa es notar la presión y que estoy trajinando por ahí dentro, pero eso no significa que duela”. A continuación ha pedido a uno de sus ayudantes que le faciliten un objeto llamado “taladro” y que, según las fuentes, “hace mucho ruido e impresiona”.
Las fuentes han confirmado que no se usó ningún tipo de anestesia durante el procedimiento y que el empresario ha sido citado la semana que viene para una segunda revisión.