Con la intención de que «los homosexuales dejemos de vivir bajo el yugo del miedo a que algún día nos propongan casarnos», el vallisoletano Ricardo Virato Torres, de 35 años de edad, sorprendía esta mañana a la comunidad gay al proponer una recogida de firmas para que se ilegalice el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Virato asegura que no teme las represalias por parte de su entorno: “Lo que me asusta realmente es despertarme todos los días al lado de la misma persona”, reitera. Según dice, «lo llaman matrimonio y no lo es, es una condena».
«Los homosexuales ya vivimos demasiado tiempo en el armario y renunciando a ser libres como para que ahora nos den la oportunidad de no conocer gente nueva, quedarnos en casa los sábados por la noche y morir de aburrimiento», ha lamentado.
Por ahora, Ricardo Virato no ha conseguido ni una sola firma para su petición, pero sí tres citas para el próximo sábado y un pase VIP para una fiesta «leather». «Espero no encontrarme allí a ningún cómplice del heteropatriarcado del que acabe enamorándome y al que quiera proponer matrimonio, lo que sería un paso atrás para nuestro colectivo», ha concluido.