La infección alienígena que habita dentro de la presidenta del Partido Popular de Madrid, Esperanza Aguirre, anunció ayer la dimisión de su cargo tres días después de que la Guardia Civil registrara la sede regional del partido por presunta financiación ilegal.
“Hemos conocido noticias de indiscutible trascendencia relacionadas con el PP cuya gravedad me lleva a presentar la dimisión”, sostuvo la forma de vida tras rasgar la mandíbula de Aguirre y asomar sus fauces por el cuerpo la lideresa.
“La corrupción nos está matando a todos”, insistió el necromorfo.
El monstruo negó cualquier tipo de implicación en los escándalos que acechan su formación y aseguró que sólo asume “la responsabilidad política”.
“Tenía que haber vigilado mejor”, dijo. Su intención, tras ocupar el cuerpo de Aguirre, era seguir atacando y matando a otros seres, infectándolos y produciendo la aparición de nuevos necromorfos; sin embargo, sus planes políticos se han visto truncados por la corrupción del cadáver de Aguirre, que le ha dejado «completamente acorralado».
Con este gesto, el alienígena, que dejó tras de sí el cascarón vacío de la lideresa, ha aumentado la presión sobre el presidente del PP, Mariano Rajoy.
“No es momento de personalismos, sino de sacrificios y cesiones”, señaló moviendo sus colmillos y rompiendo los tejidos, ya muertos y grises, del cuerpo que un día fue el de Esperanza Aguirre.