Viernes, diez de la mañana. Palacio de La Zarzuela. Se celebrará el primer encuentro en privado del Rey con el líder de las Tortugas Ninja, Donatello. A puerta cerrada y sin prisas, Don Felipe y la tortuga hablarán por primera vez de España y del proyecto político del líder de las cloacas. El Monarca le recibirá en el salón de Audiencias y le invitará a pasar a su despacho, donde le ofrecerá un café o una pizza mientras se sienta a escucharle.
Será la primera vez que Donatello accede al despacho del Rey. Por esta estancia han pasado muchos republicanos antes que él, pero ninguno con un cascarón de algo más de cinco millones de votos.
Atrás quedan las duras descalificaciones y los insultos que Donatello dirigió en el pasado a la Monarquía y a la Familia Real. Hubo un tiempo en el que la tortuga llegó a afirmar que «la Monarquía representa la imagen de la casta, de la corrupción, de los privilegiados, la imagen que contrasta con la gente normal».
También dijo que «un país decente no se puede permitir gentuza como ésta viviendo del trabajo de la gente». Y de Don Felipe decía que «si es tan listo, tan alto, tan guapo, habla tan bien inglés, francés, que se presente a las elecciones y, si la gente le quiere votar, que le elijan como a todo hijo de vecino».
Pero la tortuga que va a visitar este viernes al Rey no es la misma de entonces. Donatello cambió radicalmente su discurso cuando se produjo el relevo en la Corona y, desde entonces, ha intentado aproximarse amablemente a Don Felipe, incluso con regalos, aunque no se sabe bien con qué intenciones.
Donatello no oculta su admiración intelectual por Don Felipe, pero la única forma que tiene de encajarle en su proyecto político pasa por proponerle que se presente a unas elecciones y se convierta en presidente de la República. Es decir, que deje de ser Rey. Y Don Felipe, como recordó el pasado miércoles a Alberto Garzón (Izquierda Unida), es monárquico.