La aerolínea irlandesa de bajo coste Ryanair ha anunciado esta mañana su intención de repartir a todos sus pasajeros con drones. Las aeronaves, que cuentan con ocho hélices para maniobrar en el aire, tienen unas pinzas metálicas que agarran a los viajeros por las solapas de la americana y alcanzan los 120 metros de altura, una distancia más que suficiente para que los pasajeros no choquen contra los árboles o las farolas.
Para las rutas de más de 800 kilómetros de distancia, el dron depositará al viajero en un nido de paja a medio camino para que otra aeronave tome el relevo y complete el viaje hasta el destino final. «Es el equivalente a las escalas pero sin necesidad de hacer colas de embarque», explica la compañía.
Este nuevo servicio permite la recogida y entrega de los pasajeros en sus propios domicilios pero tiene sus limitaciones: para personas que pesen más de 110 kilos, se requerirán dos o más drones que encarecerán el precio del billete.
«Los pasajeros de la clase business viajarán cómodamente agarrados por la cintura o las solapas de la americana. Los de la clase turista se agarrarán por los pies o directamente por la entrepierna», matiza la empresa.
Las primeras pruebas con pasajeros voluntarios han sido un éxito, según Ryanair. «Sólo se han perdido 5 envíos de los 16 que se han efectuado. Ya hemos visto que es mejor no sobrevolar la Cañada Real de Madrid porque cazan a los viajeros con escopetas de perdigones y luego se los comen», admite la aerolínea.
