Tras casi 150 años de historia, el emblemático fabricante de licor Anís del Mono ha decidido contratar a un humano al que delegar tareas sencillas para, poco a poco, desplazar a los simios que controlan la producción.
“Los humanos son más baratos porque aceptan contratos de prácticas mientras que los simios son muy exigentes y costosos”, ha explicado hoy la auditora Randstad, encargada de la selección de personal.
«Para este puesto hemos buscado a alguien con la espalda especialmente peluda con el fin de que el resto de los operarios no lo rechace», ha añadido.
El nuevo empleado, al que todos los compañeros han olido ya, asegura que trabajar rodeado de simios no le supone una dificultad «porque vengo del mundo del marketing y el ambiente es similar». También está conforme con el pago en plátanos, que otras muchas empresas están adoptando como remuneración estándar.
«Me he hecho amigo del mono que va en triciclo porque coincidimos en las pausas para fumar», comenta la nueva incorporación. «No han tardado nada en empezar a arrojarse mierda unos a otros y al final me ha caído a mí algún marrón, pero esto pasa en cualquier oficina», dice tras su primer día en la fábrica.
La portavoz en España de la protectora de animales PETA, Dolores Parmalat, ha alertado de la progresiva sustitución de simios por becarios sin experiencia: «Las selvas están llenas de parados y ya ni siquiera los gorilas de discoteca son gorilas de verdad», alerta Parmalat.
El nuevo fichaje se encargará de realizar trabajos sin mucha responsabilidad «pero con la idea de ir evolucionando».