Tras expirar su contrato con el correccional de Guantánamo, el cantante y percusionista Carlinhos Brown ha creado la empresa «Pe pe pe pepepe pe pe SL», que ofrece un servicio de cobro de morosos.
El artista brasileño perseguirá a los deudores bailando al ritmo de una samba y tocando el tambor constantemente, una actividad que el cerebro humano no puede soportar más de dos horas seguidas, según los expertos.
Si se contrata la opción premium, Brown se desplazará en una caravana con un equipo de sonido de alta potencia, quinientas bailarinas brasileñas de más de 70 años, dos serpientes de 30 metros de largo fabricadas en seda a modo de los tradicionales dragones chinos y un arsenal compuesto por 1500 timbales.
«Debemos dinero pero no somos monstruos», explica uno de los afectados por las agresivas estrategias de recobro extrajudicial de deudas. «Te encierras en el baño a hacer de vientre y logra colarse dentro, donde el sonido del tambor aún retumba con más fuerza», se queja.
«Tô te querendo como mingúem, to te querendo como deus quiser, to te querendo como te quero, to te querendo como se quer, pe pe pe pepepe pe pe», gritaba la pasada madrugada Carlinhos Brown mientras un empresario se arrojaba al interior de un camión de la basura.
Aunque la empresa del músico apenas ha empezado a operar en España, son muchos los deudores que han pagado sacando el dinero de debajo de las piedras. «Basta con mandarles a casa un cedé de Carlinhos Brown. Es mucho más efectivo que dejarles una cabeza de caballo en la cama», reconoce un acreedor.
