Samsung ha presentado esta mañana en el Mobile World Congress de Barcelona su nueva versión del iPhone, sin bordes, con colores y mucho más robusto, casi indistinguible del de verdad.
«La clave de su éxito es que se parece mucho al de Apple», ha insistido JK Shin, presidente y consejero delegado de la compañía.
Samsung se ha esforzado tanto como Apple para lograr un diseño capaz de camuflar que el terminal es demasiado caro para lo que realmente ofrece. «Cuesta tres veces más de lo que deberías pagar por él, casi como el iPhone original», ha asegurado Shin.
Los ingenieros y diseñadores de la firma coreana se han empleado a fondo para que, a simple vista, el poseedor del nuevo terminal parezca un cliente de Apple. Para lograrlo, han evitado el uso de plásticos que no están en el iPhone de verdad.
«Tardas cuatro minutos más que antes en darte cuenta de que es un poco más cutre que el original. Antes te percatabas rápidamente al tocarlo y comprobar que era de plástico malote, pero ahora no empiezas a sospechar hasta que lo enciendes y ves que el sistema operativo no es el del iPhone sino el otro», ha explicado el máximo responsable de Samsung.
«Es el mejor iPhone que ha fabricado Samsung hasta la fecha», ha reiterado el presidente de la multinacional, copiando el discurso que ofreció Tim Cook, su homólogo en Apple, cuando presentó el iPhone de verdad.
Nokia, por su parte, ha aprovechado el Mobile World Congress de Barcelona para proyectar un Power Point con música triste y fotografías del día en el que presentó su exitoso modelo 3210.
«¿Os acordáis de cómo lo petamos en 1999?», ha preguntado a los asistentes el jefe de la compañía, nostálgico y sin afeitar. «Éramos felices entonces. ¿Por qué es todo tan efímero? Me siento triste, como si me hubieran vaciado por dentro. Mi corazón es un amasijo de cenizas ahora mismo. Una bestia herida que agoniza y se pudre a la intemperie», ha concluido.