Como cada año al terminar la fiesta de San Valentín, el Ayuntamiento de París ha dispuesto diez máquinas quitanieves en los alrededores de la torre Eiffel para retirar a los cientos de parejas de enamorados que bloquean la vía pública besándose frente al emblemático monumento.
Los precios de los vuelos, cada vez más competitivos, atraen a enamorados de todo el mundo, obligando a la capital francesa a tomar medidas para evitar que la acumulación de novios entorpezca la circulación o provoque aludes.
«Había dos parejas magreándose encima del capó de mi coche. Los he tenido que quitar con una pala», se queja uno de los afectados por este fenómeno anual.
Los «selfies» de enamorados con la torre al fondo también han colapsado las redes sociales. Miles de internautas han subido las fotos de enamorados haciéndose fotos, convirtiendo la aglomeración de parejas besándose en un fenómeno viral.
«Hay gente que viaja a París para fotografiar a los enamorados fotografiándose, con lo que al final tenemos que retirar también con quitanieves a los curiosos que vienen a ver cómo retiramos a los enamorados con quitanieves», explica la alcaldesa de París, Anne Hidalgo.
Hidalgo atribuye este tipo de fenómenos a la globalización. «Toda esta gente viene de fuera. Los franceses no nos besamos», explica.