Un informe del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) presentado esta mañana confirma que las personas que son mejores que el resto tienen menos problemas de autoestima.
«Ser la hostia ayuda a que todo lo que hagas sea la polla y generes en los demás la percepción de que eres el puto amo», explica el equipo de psicólogos que ha pasado más de cuatro meses estudiando a gente que es la bomba para luego compararla con tipos como tu cuñado el Alfonso.
Por el contrario, las personas que son una mierda suelen presentar una actitud más negativa que lleva a los demás a pensar «vaya engendro el pavo este».
El estudio, titulado «Estado actual de la peña», matiza que un 15% de la gente cutrona logra prosperar en el ámbito laboral, aunque ello se debe a que «creen erróneamente que son la hostia porque su capacidad para el autoanálisis es nefasta como personas de mierda que son».
En definitiva, pues, los expertos recomiendan ser excepcionalmente brillante y arrebatador para evitar depresiones, problemas de socialización y otras complicaciones derivadas del hecho de ser mediocre y un poco capullo.