Luis Miguel Pérez, un joven madrileño que ejerce de pagafantas desde sus tiempos de la guardería, ha solicitado un crédito a Bankia para poder seguir desarrollando su actividad.
Aunque la entidad está estudiando su caso y aún no ha dado una respuesta, Pérez se ha tomado la molestia de invitar a la directora de la sucursal a unas cañas «sin compromiso, para que me conozca mejor y vea que merece la pena el apoyo», ha dicho.
En 2012, este pagafantas vocacional «con aspiraciones de practicar también en el extranjero» decidió abrir un bar para obtener ingresos y su iniciativa fracasó estrepitosamente. «Yo creo que fue porque no tenía experiencia en la hostelería. Puedo asegurar que el ‘Ya invito yo’ era un local estupendo y que se petaba de gente, aunque luego las cuentas no cuadraran», apunta el joven.
Pérez no alberga demasiadas esperanzas pero sí cree que sería buena idea que la directora de la sucursal de Bankia valorara el tema de las cañas de todas formas. «No soy de insistir, pero si de estas gestiones sale una relación de amistad y afecto, pues todo esto que nos llevamos», explica.
El Instituto de Crédito Oficial (ICO) no ofrece por el momento ninguna ayuda para los pagafantas españoles, pero sí está estudiando la posibilidad de crear una línea de crédito para que tu tía Mari cambie las fundas del sofá, que la verdad es que dan asco.