Cuando sus organizadores se disponían a desmantelar ayer el Belén viviente de Buitrago del Lozoya, en la Comunidad de Madrid, se pudo comprobar la ausencia de una de sus figuras, concretamente la de «Mulo 3».
Al parecer, ni siquiera «Mulo 1» ni «Mulo 2» se percataron del robo de su compañero, que hasta su desaparición «desempeñó su papel de forma modélica, rebuznando de manera ejemplar al paso de las criaturas», explica un vecino de la localidad que hacía de pastor con frase.
Mulo 3 no tenía enemigos, aclara su entorno
«Mulo 3» llevaba más de quince años participando en el Belén viviente y empezó haciendo de Niño Dios, interpretación que siempre criticaba por tratarse de una «obra de juventud». Luego, perfeccionó su técnica introduciendo el método Stanislavski y convirtiéndose, así, en una referencia para sus compañeros.
«Era un figura», insiste su entorno, que ha empapelado la localidad de fotografías de «Mulo 3» con el atuendo que llevaba el día de su desaparición.
La familia de «Mulo 3» cree que la figura viviente llamaba tanto la atención que los ladrones se fijaron enseguida en ella y no tardaron en llevársela.
«No ha pasado por casa ni se ha presentado al trabajo», lamenta su esposa, que tampoco descarta «que se haya ido con la Isabel, que es una prima mía que vive en Madrid».
La mujer, sin embargo, no entiende por qué su prima querría a «Mulo 3» teniendo en cuenta que ella nunca monta Belén en casa.
