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Tras comprobar que El Grito, el célebre cuadro del expresionista Edvard Munch, va quedándose poco a poco sin resuello, diversos expertos han coincidido en que, a lo largo de esta semana, la pintura dejará de gritar y volverá a coger aire.

La última vez que se quedó sin aliento fue el 13 de marzo de 1996. Desde entonces, ha estado gritando 17 años ininterrumpidamente.

“Ahora ya apenas se le oye, solo le queda un poquito de aire y está pasando del verdoso al amarillo y tiene los ojitos ya cerrados porque se ahoga”, ha confirmado a la prensa un cuidador de la Galería Nacional de Oslo.

Según este experto, cada alarido dura unos 17 años «y entonces se queda sin aire y necesita parar”. Se sabe, sin embargo, que durante la Segunda Guerra Mundial estuvo callado durante unos días para que no lo encontraran los nazis.

Cientos de personas se acercarán a la Galería Nacional de Oslo en los próximos días para contemplar a El Grito de Munch quedándose sin aliento e hinchando luego sus pulmones para volver a emitir su grito infinito, fruto de una angustia vital insondable que tiñe de rojo sangre el horizonte, según los expertos.

El Grito volverá a quedarse sin aire en 2030.